lunes, 11 de mayo de 2015

CALAÑAS, en el Anuario del Comercio de 1879



En el Anuario-Almanaque del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración fechado en el año 1879, entre otros, aparecen datos relativos a Calañas y que se citan a continuación.
   
En su página 763, aparece CALAÑAS como pueblo perteneciente al Partido Judicial de Valverde del Camino y donde se citan una relación de datos relativos a cargos y profesiones de la época  entre los que figuran personas que serán antepasados de muchos de nosotros y son los siguientes:


Villa de 2832 habitantes, situada a 5 leguas de Valverde del Camino.

Profesores de instrucción Pública: Martín González Lasso y Julián López

Abogados: Juan Bautista Romero y Gante y Rafael Romero y Gante.

Albañil: Gonzalo Serrano Gil

Cirujano: Blas Macías Romero

Comerciantes: Rafael Alonso, José María Domínguez, Juan Macías Rodríguez, Manuel Muñiz Tobar, José Rosa Jurado.

Ganaderos: Juan Bautista Merino, José Caballero Gento, Ramón Casto Esquina, Pedro García Monge, Ramón Gómez Gómez, Juan José López Piño, Pedro Martín Sánchez, Rodrigo Romero Casto, Martín Romero Quinto, Martín Sánchez Martín, Vicente Esquina.

Médicos: José Troyano de Quintana

Mineros: Juan Caballero Borrero, Antonio Gante Pulido, Juan Luna Hidalgo, Bartolomé Soltero Romero.

Veterinario: Gregorio Gómez Cruzado.

 
 CALAÑAS, 2015

lunes, 4 de mayo de 2015

PEDRO CRESPO ROMERO " El Tigre de Calañas"









Pedro, como decía Don Cristóbal Arenas Romero en un artículo de la Revista de la Virgen del año 2002 titulado " A la memoria de Pedro "Romerito de Calañas"", se fue silenciosamente, no dejando más testimonio que la casita donde vivió y donde cuidaba de sus bestias, para las que salía a diario con su carrillo y su hoz en busca de su sustento. En épocas pasadas, cuando aún al agua corriente no se había traído a la población, utilizando unas angarillas traía de la Fuente García sus cántaros llenos que vendía por las calles de Calañas.

        También fue porteador de bultos y maletas desde la estación del ferrocarril a cualquier calle de Calañas que se le solicitaba en un desvencijado carrillo de manos que manejaba a la perfección y siempre con una cuerda que pasando por su cuello, iba atada a cada mango del transporte, menesteres que compartió con El Cano, Casimiro, José el de la Martina.....

                   De su afición a los toros, principal fijación que tenía, no podemos olvidarnos. En la misma Calle donde vivía, Coronel Aranda número 1 (ahora Severo Ochoa de Albornoz o El Palmar) estuvo ubicada la Peña Taurina Pedro Crespo Romero "El tigre de Calañas", que fue regenteada por Don José Gómez Marín, vecino de Gibraleón, quien se surtía de las acreditadas bodegas de Parralo (Gibraleón), tal y como reza en un anuncio de la época.
                                                       

         En ésta Peña, el amigo Pedro, por las tardes, daba la reseña de la corrida que había soñado, con toros zaínos de la ganadería Cuadri. LLegaba a la Peña con una bolsa de lona donde guardaba el estoque de madera, la muleta y dos pares de sonajas con las que animaba la fiesta al final del relato taurino. Pedro dibujaba su particular corrida dando pases de todo tipo y finalizando con la suerte de matar. Un día un cliente le dijo:" quitate que voy a limpiar la sangre del toro".
          
         Alguna que otra vez sacaba una franela roja, cogía la espada y retaba a las grandes figuras del toreo del momento de las que se le oía decir "envenenan mis alimentos para que muera y no verse desbancadas". Según Arenas, tenía su peculiar forma de matar, denominada "la muerte del dornillo", ideada cuando un día en el Pozuelo, un toro suizo lamía el dornillo donde acababa de comer el gazpacho. La suerte consistía en que en vez de la muleta cogía un dornillo impregnado de caldo de gazpacho y al pasar el toro lo matabas por el costado.

       En fechas cercanas a las Fiestas de la Virgen, ya estaba elaborando pequeñas cruces de cáscara de pino que a modo de colgante intentaba vender. Su indumentaria se trasformaba para esos días de romería en los que tanto disfrutaba: adornos de flecos en los pantalones, algún colgante para la americana, sus célebres sonajas hechas de chapas de los tapones de las botellas de cervezas machacados de las que colgaban cintas multicolores......alguna guitarra a la que intentaba sacar sonidos sin conseguirlo pero que le servía de acompañamiento para sus entonados cantes y sus propias letras.....también hizo de tamborilero, con tambor y flauta, acompañando a Carmelo y José María en las Procesiones.


 

       Un día, se empezó a decir en Calañas que Pedro el Bizco se había muerto. Luego se desmintió la noticia, que estaba ingresado en Huelva, pero que vivía. Al cabo de breve tiempo los comentarios se convirtieron en realidad.

     Seguro que pasarías por algún ruedo de negro albero y un morlaco negro zaíno no acudió al engaño de tus verónicas y clavó sus asesinas astas en tu carne torera y de buena gente, regando con tu sangre aquel tétrico ruedo donde toreaste tu última corrida. (C.Arenas)


CALAÑAS, 2015


         

         

      

                                        

miércoles, 29 de abril de 2015

Las Posás, en la carretera de Sotiel Coronada a Calañas.




Tomando como base y principal fundamento de ésta entrada el Artículo de Don Manuel Sánchez Pérez publicado en la Revista de la Virgen de la Coronada del año 1998 titulado "Las Posá", me permito hacer una síntesis del mismo y añadir algunas fotos o datos tomados de otras fuentes, para hacernos ver la importancia que tuvieron y que tienen para los calañeses esas casitas localizadas al principio del núcleo urbano, en la margen derecha según bajamos de Calañas a Sotiel Coronada. 





El término "posá" está definido de forma similar en cualquiera de los diccionarios que podamos consultar. Así, la Real Academia Española, la define como " establecimiento económico de hospedaje que solía servir de aposento destinado a albergar viajeros, en ocasiones sus carros, caballerías, etc." y en la Enciclopedia libre Wikipedia podemos leer algo similar:                        "establecimiento ubicado sobre rutas lejos de las ciudades donde los viajeros pueden encontrar alojamiento y usualmente comida y bebida. Sirven como lugares de encuentro de viajeros y lugareños. En ellas se daba alimento y descanso a los animales que llevaban a los viajeros".

Ésta segunda definición se aproxima más al cometido que realizaron "nuestras Posás".

Según Sánchez Pérez, existen desde principios del siglo XVIII, y eran un punto obligado de descanso para arrieros, viajeros, profesionales de todos los oficios ambulantes que se adentraban por los difíciles caminos desde Sevilla al Condado y luego hacia Extremadura y Portugal y viceversa. Éste obligado enclave era cita de caminantes y referencia que señalaba a Sotiel en los mapas de nuestra red de caminos reales.

Según decía nuestra poetisa Doña Isabel Tejero de los Reyes en la página número 24 de su libro Memorias de Calañas, el ermitaño Tío Juan Manuel era propietario de una de las Posás.

Éstas Posás, de grandes puertas, tenían enormes chimeneas de campana y en su parte trasera había unos barracones de madera que eran las cuadras para las caballerías. Acogían a lateros, esquiladores, talabarteros, afiladores, paragüeros, arrieros que contrabandeaban con Portugal y otros que acarrearon harina maquiladora desde los molinos del Odiel.

En nuestra historia reciente, casi todos los romeros hemos hecho una parada obligada en las Posás y también las Hermandades lo utilizan como punto de referencia donde hacer los preparativos de la entrada de la Virgen en Sotiel.

El pequeño bar instalado en la casa de José María y Mateo, donde su madre nos deleitaba siempre con un excelente café de puchero y una fresca ración de agua del pozo del corral, era lugar de reposo y cante, donde la familiaridad y la dádiva eran elementos cotidianos de cada romería. Ahora, el Bar La Adelfa, suple aquellos menesteres tan deseados por el romero, haciendo que el lugar mantenga su compromiso histórico con el viajero o caminante.


CALAÑAS, 2015


viernes, 17 de abril de 2015

DON MIGUEL MÁRQUEZ SERRANO



















DON MIGUEL MÁRQUEZ SERRANO, nace en Calañas (Huelva) en el año 1922, y fallece y recibe sepultura en su pueblo el día 9 de enero de 1981 a los cincuenta y nueve años de edad. Contrajo matrimonio con Doña Rafaela Lucio Rodríguez, de cuya unión nacieron dos hijas: Inmaculada y Coronada. Realiza los estudios de medicina obteniendo el título de Doctor en Medicina y Cirugía. A primeros de julio de mil novecientos cincuenta y cuatro toma posesión en Calañas como Médico Titular de A.P.D. Distrito 1º con carácter interino, nombrado por el Jefe Provincial de Sanidad, siendo Alcalde Don Rafael Naranjo Lossa. 

Años 50



Año 1953

 

      Siempre demostró un don especial para el desarrollo de su profesión, compaginada además con sus aficiones a la caza, las fiestas populares, la colaboración en eventos locales y sus dotes poéticos, demostrados en el bello Pregón de las Fiestas en honor y gloria a la Santísima Virgen de la Coronada del año 1958, siendo Hermano Mayor Don Manuel Naranjo Arenas, convirtiéndose así en el primer calañés que tuvo tal privilegio.  

CALAÑAS, 2015