Comenzaremos diciendo que, según Andrés Bruno Romero Mantero
en "A los pies del Morante" volumen 2º, sería el 18 de noviembre de
1732, el valverdeño don Rodrigo Cavallero Yllanes (fue el que envió dos coronas
de oro para la Virgen de la Coronada y el Niño), Intendente de Sevilla, el que
se dirige al Ayuntamiento de Calañas en los siguiente términos:
"
Paisanos, Amigos y Srs mios, porque con buena administración se hacen estas
obras a menos costa y se escusan las graves dilaciones y gastos de solicitar
las facultades en el Consejo. El puente para el Río de la Coronada, que tantos
años sea deseado puede hacerse sin muchas formalidades y solo entre ocho
pueblos que son los más interesados; conviene a saver: Balverde mi patria,
Calañas, El cerro, STa Bábara, Cavezas Rubias, Paimogo, la Puebla y Las Cruces,
entre los cuales para sus viajes de Yvierno a Sevilla hallandose Valverde desta
parte del rio, le necesita mucho menos que los que tienen su situación de la
otra parte, pero concurrirá a proporción de su posibilidad como si estuviera al
otro lado; quiero decir que haciéndose por maestro perito tasación del coste de
dha obra que ha de ser de ladrillo bien cocido y con buena y considerando la
Subtancia. Si esta obra fuera precisa y necesaria yo diera otras
disposiciones,pero a ello mas me mueve el celo de Paisano, que la necesidad de
executarla porque yo de mi parte acudiré con tres mil reales para la dcha obra.
Asegurado dia de Pascua de Navidad se serviran V mds disponer que se halle en
Calañas su Diputado para celebrar este congreso y resolver esta materia y si de
comun acuerdo se resolviere la obra llevando cada diputado poder amplio para
concurrir y convenir en que se haga el Puente y poniendose tamien de acuerdo en
obligar a los Cavildos a la porción que a cada uno se le repartiere en dha
junta. Segunda parte, que es enviar io de aqui maestro al reconocimiento al
paraje y aprecio de la obra y este irá empezándose a gastar el dinero de
Valverde que lo supliré yo. D.Rodrigo Cavallero.- Srs Concejo Justª y Rgtº de
Calañas. (Legajo 136 AMC).
El 24 de abril de 1733 escribe una carta sus paisanos
en la que se lee: " dixeron sus
mercedes los regidores de la villa que en este día se ha recibido una
carta...en que se oficia la orden de don Rodrigo Caballero y Llánez..para que
Manuel Álvarez, maestro de obras ... pase con asistencia de un diputado de ésta
Villa y otro del lugar de Calañas a reconocer el sitio más a propósito para
facer el puente en el río o ría, y facer la medida de todo su costo .. y
cumpliendo con dichas órdenes sus mercedes nombraron .... para dicho fin al
regidor Joseph de la Cruz ... y de esta forma lo acordaron y yo el escribano
doy fe."
De un artículo publicado en la Revista de Feria de 1993, por
Doña María Isabel Jiménez Esturillo, hablaremos de ésta maravillosa obra del
siglo XVIII según obra en los Legajos 272 (Obras y Urbanismo) y 1046 (Autos
Ordinarios) del Archivo Municipal de Calañas.
En el Legajo 8 del Archivo Histórico de Valverde del Camino
(AHV), podemos leer una carta que envía el Cabildo de Calañas al de Valverde:
"con el fin de proseder unidos que
es necesaria esta puente para el público comercio" y también aparece
en el citado legado 272 (AMC) en una
copia que en el año 1843 hace el Secretario del Ayuntamiento de Calañas,
Manuel Naranjo, de una carta del 16 de mayo de 1753, escrita al Cabildo de
Calañas por Alfonso de Cabrera, abogado de los Reales Consejos y Juez de
Comisión de éstas diligencias, para justificar el informe que se le pide por el
Consejo de Castilla, " a instancia
del lugar de Calañas y Las Cruces sobre la necesidad, utilidad y conveniencias
de construir un puente en el Río Odiel que facilite el paso a los pueblos
vecinos y del contorno que hacen su tránsito y camino por aquel paraje".
Estudiado
y calibrado el Cabido contesta.
" tiene por indubitable, precisa y útil dicha
obra porque son continuas y repetidas las desgracias que se han experimentado
en años de avenidas...que se ahogan impelidos por la necesidad de paso para el
comercio y abasto de dichos lugares de Calañas y Las Cruces y otros que se
abastecen de los situados en ésta parte del dicho río."
Para conseguir éste acuerdo debieron darse muchos pasos, ya
que el 20 de mayo de ese año (1733) se escribe otra carta dando normas
concretas sobre como efectuar el reconocimiento del río y las personas que en
él habían de intervenir; así, por cada pueblo iría un representante del
Ayuntamiento y otro de la Iglesia y los cuatro en unión con el maestro de
obras, se trasladarían al río, bajo la autoridad del canónigo sevillano Don
Diego García Caballero, pariente de Don Rodrigo, para reconocer el río y buscar
el lugar apropiado, tarea que tuvo lugar los días 14 y 15 de junio de 1733, con
un coste de 91 reales de vellón, pagados con dinero de la Dehesa Boyal de
Valverde del Camino, y el lugar elegido
fue el pie del Cabezo del Escamocho, en dirección a la Alquería de la Coronada
y junto a la presa de un viejo molino.
Con un informe de 1753, se inicia la documentación más
concreta y esclarecedora para comunicar al Consejo de Castilla de la necesidad
y utilidad del puente.
A finales de 1754 se materializan por el
Superintendente de Sevilla Don Fernando Valdés y Quirós "las
condiciones respectivas a la planta y
alzado .. que deben observarse en la construcción del puente que se pretende
hazer sobre el río hodier ... dispuestos por Pedro de San Martín y Ygnacio
Moreno, maestros mayores de obras; el primero del ilustrísimo cavildo y
Reximiento de la Ciudad de Sevilla, y el segundo de los Reales Alcázares de
ella .. nombrados para el reconocimiento de el sitio, planta del referido
puente y aprecio de la obra"
Se fija el inicio de las obas para el mes de junio
" mediante que por este mes havran
faltado la mayor parte de las aguas de este rio y el raudal que del huviere
quedado se podra facilmente recoxer en un canal .. para hazer la obra en
seco.."
En febrero de 1758, el
Consejo de Castilla declara como "Obra Püblica" el puente, empezando desde la superintendencia
de Sevilla a buscar buenos maestros para su construcción.
En julio de 1759, se prorratean los DOSCIENTOS CINCO MIL Y QUINIENTOS REALES DE VELLÓN en que se tasó el
coste total del puente, "entre
essa ciudad (Sevilla), sus Arrabales y en otros setenta y cinco pueblos que he
considerado serle conveniente", diría el superintendente don Pedro
Samaniego Montemayor.
¿ Cuánto pagó Calañas ?
Pues fueron 100.186 maravedíes ( 93.177 que le correspondieron de su
contribución de utensilios y 22.000 reales del sobrante de sus arbitrios que
ofreció como promotora de la obra).
A modo de conclusión diremos que las obras del puente comenzarían en el inicio de la década de 1760
y que sus constructores fueron todos Maestros Mayores de reconocido prestigio:
Ignacio Moreno (maestro mayor de obras de albañilería de los Reales Alcázares),
Pedro de S.Martín (maestro mayor de obras del Cabildo de la ciudad de Sevilla)
y el maestro operante (el que estaba al pié de la obra), Francisco Sánchez de
Aragón, maestro mayor de albañilería de la Real Audiencia de Sevilla, y
finalmente Ambrosio de Figueroa (realizó los planos del Beaterio de Carmelitas
de Calañas), miembro de la familia más famosa de arquitectos andaluces del
siglo XVIII, concluyendo sus trabajos en
el año 1775.
También mencionaremos que el proyecto inicial carecía de
altura, comprobada por la avenida de las aguas de aquel año, por lo que los
arquitectos intervinientes deciden la delineación de un nuevo plano por el que
se eleve la altura en cinco varas y en tres varas y quarto de ancho.
En Calañas, siempre ha sido calificado como "puente
romano", que tal y como hemos podido ver en las fechas no es cierto.
También ha sido nombrado como Puente de
San Rafael (azulejo que aparece (ahora destrozado) en el centro del puente
colocado en esa especie de saliente) y Puente de la Coronada.
Según relata Don Pedro Ortíz Guerrero, apoderado del Ayuntamiento de Calañas en Sevilla, en su manuscrito de 1817, donde narra los hechos de la Guerra de la Independencia: "en el Puente de la Coronada, se pusieron más de 300 escopeteros
escogidos atrincherados y parapetados para contener las tropas que mandaba el
Príncipe de Aremberg. Y aunque intentó asaltarlo en distintas
ocasiones, no lo consiguió, volviéndose burlado ..."
CALAÑAS, 2018
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