martes, 15 de octubre de 2024

La caza de pajarillos y la liria

 

Estoy seguro que la mayoría de las personas de mi edad y también los bastante más jóvenes han ido a cazar pajarillos con liria y arbolete por la mayoría de los campos que circundan nuestro municipio y algunas veces también nos hemos alejado del mismo. Ésta práctica desapareció hace algunos años por razones legales de conservación de las especies y fue prohibida, por lo que algo que se realizaba la mayoría de los fines de semana, sobre todo al principio del otoño, cuando llegaban las primeras lluvias desapareció de nuestras vidas.


     Reconozco que el preservar las especies y su repercusión en el medio ambiente es fundamental para no romper el ciclo vital de la propia naturaleza, pero a los que éramos cazadores de pajarillos nos privó de un divertimento cotidiano.

Por recordar algo sobre el particular diré que el proceso de preparación era cuidadoso: tener ojeado el arbolete (se cortaba la mañana de la caza), preparar las varetas (al principio se colocaban sobre canutos de sauco, luego vinieron las cruzadas, de zarguarzo) y el elemento fundamental: la liria ( que primero era de crepé y luego de cardo). Sobre éste producto he encontrado algunos datos que quiero compartir.

Sauco

                                                                                           Arbolete

                                                             Baretas cruzadas

             

Del primer proceso de elaboración, la de crepé, tenía poca ciencia: se buscaba alguna suela de zapatos de ese material, se compraba perrubia (resina natural) en la Droguería de Blasito y se mezclaban al fuego hasta que se alcanzaba una masa elástica que cada cual le daba su punto.

Del segundo, de la liria de cardo, he leído que había varias plantas de las que se sacaba el "cardo", que se podían encontrar en nuestro Morante. Una de ellas, la andryala ragusina, es una planta perenne de base leñosa cubierta de pelos estrellados, comunmente llamada "ajonjera" de la que se extraían unos bulbos que constituían el ajonje, que es lo que se muele y se pone a hervir con aceite vegetal, perrubia y agua, hasta que el agua se evapora. Cuando se forman los hilillos que no se rompan al estirarlos estará lista la liria de cardo. (Si queda dura se le añada aceite y si está blanda, perrubia).



Otro de los cardos que se utilizaban era la Carlina gummifera,  relativamente abundante y se extiende por toda Andalucía, pero por su reducido tamaño y época de floración es poco conocido. Vive en suelos pobres de tipo básico,  menudo en tomillares y también como especie viaria en taludes de caminos y zonas humanizadas.


Es una planta sin tallo, es decir que sus hojas y flores nacen directamente del suelo, de una raíz subterránea persistente.  Las hojas están divididas en lóbulos y son, como no, bastante pinchosas ya que estamos ante un cardo.


En cuanto a su nombre científico y sus sinónimos (Chamaeleon gummifer, Carlina gummifera, Atractylis gummifera,...) todos hacen referencia a la savia pegajosa que exuda y que sirve como base para fabricar ese producto. (DEL BLOG DE MANUEL ZAFRA)



                                         CALAÑAS 2024

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poned vuestro nombre, por favor,para que sepa yo quien hace el comentario. Gracias