Pasa por mis manos un artículo publicado
en la web de Huelva Cofrade en el mes de diciembre de dos mil doce titulado "La Procesión de las Vírgenes
peregrinas", acto que hace
pocas fechas cumplía su sesenta aniversario, y a pesar de que dicho tema es
conocido, traigo a mi blog un breve resumen del mismo para general conocimiento
ya que formó parte de la historia de nuestro pueblo y de nuestra Patrona, la
Santísima Virgen de la Coronada.
El 14 de junio de 1954 se proclama a la Inmaculada Concepción y San Leandro
como Patronos de la Diócesis de Huelva. La coincidencia de esta proclamación
con la propia creación de la Diócesis y la celebración de un Año Santo Mariano
condujo a que en una tierra de por sí mariana como la nuestra se redoblaran las
muestras de amor a la Santísima Virgen. El 10 de noviembre, monseñor Cantero
Cuadrado anunciaba desde los micrófonos de Radio Nacional la celebración de una
Semana Mariana Diocesana para el mes de diciembre. En el acto final se
consagraría la joven diócesis al Inmaculado Corazón de María y para ello el
prelado no encontró mejor compañía que la de las Patronas de todas las
localidades de la provincia.
Como veremos
más adelante, las intenciones del Obispo se cumplieron sólo a medias ya que de las
79 localidades que conformaban la Diócesis, sólo 27 estuvieron representadas.
En algunos casos, por carecer de Patrona mariana y en otros por la negativa a
acudir a la capital.
A partir del
día 4 de diciembre, jornada en que el Obispo dio por inaugurada esta Semana, se
sucedieron numerosos actos, teniendo su reflejo en la prensa de la época que
daba cuenta de ellos a la vez que fomenta el interés ante la Magna Procesión
del día 8, publicando cada día reseñas sobre la historia y la leyenda de las
diferentes imágenes participantes.
La jornada inaugural se inició al alba, con
el traslado en Rosario de la Aurora de la Virgen de la Cinta desde la Iglesia de
San Pedro hasta la Santa Iglesia Catedral. Por la tarde, el director de Caritas
Española pronunció el pregón de la Semana Mariana.
Durante los días siguientes,
comienzan a llegar a la capital procedentes de los pueblos participantes, las
imágenes de sus patronas.
El día 8 amaneció con la noticia de
que la Sagrada Congregación de Ritos había aprobado la causa de beatificación
del papa Pío IX, promulgador un siglo antes del dogma de la Inmaculada
Concepción.
A las cuatro de la tarde daba comienzo la antológica procesión desde la
plaza del Punto. La comitiva se abría con los Flechas Navales, que antecedían a
las distintas Vírgenes ordenadas por orden alfabético de sus localidades de
origen y presididas por la Patrona de la capital. El paso de la Inmaculada era
el último del cortejo. El Obispo, revestido de pontifical, hacía de preste,
siguiéndole las corporaciones municipal y provincial, Gobernadores Civil y
Militar, Comandante de Marina, Falange y una compañía del Ejército con su banda
de música.
La primera de las imágenes de la larga
lista de devociones de nuestra provincia en ponerse en marcha fue la Reina de
los Ángeles, Patrona de la Alájar.
Aljaraque se situaba a continuación, con el estandarte de la Patrona
abriendo el cortejo, La Virgen de los Remedios. La Virgen de Piedras Albas de El Almendro y Villanueva de los Castillejos
era la que lucía a continuación. Alosno
seguía a continuación, con la imagen de Nuestra Señora de Gracia. La Virgen de
las Angustias, Patrona de Ayamonte, Nuestra
Señora de los Clarines, Patrona de Beas,
Bonares acudió a la capital con la
imagen de la Inmaculada que se venera en la Parroquia de la Asunción. La
Virgen de la Coronada de Calañas
seguía en el orden de la procesión, antecedida por muchachas vestidas con prendas
antiguas de gran vistosidad, Cartaya
con la Virgen del Rosario, obra de León Ortega, Cumbres Mayores acompañando a su Patrona, la Virgen de la Esperanza,
la Virgen de la Estrella de Chucena,
La Granada de Riotinto figuraba a
continuación con su Patrona, la Virgen de la Granada, Hinojos con su Virgen del Valle. La Virgen del Carmen de Isla Cristina fue la elegida para
representar a su pueblo en perjuicio de la Patrona, Nuestra Señora del Rosario
y Lepe acompañaba a la Virgen de la
Bella. La Virgen del Valle de Manzanilla, obra del escultor Castillo
Lastrucci y tras Ella Nuestra Señora del
Rosario, Patrona de Riotinto,
siguiendo a continuación La Virgen de Montemayor de Moguer. La Virgen del Pino, Patrona de Niebla y otra Virgen del Valle, la Patrona de La Palma del Condado. La Virgen de los Milagros de Palos y la Virgen del Carmen de Paterna del Campo. A continuación, la
danza de las espadas y los trajes de gabacha antecedían a la Virgen de la Peña
de Puebla de Guzmán y la pequeña
población serrana de Puerto Moral se
sumó con su Patrona, la Virgen de la Cabeza. A continuación, el paso de la
Virgen de la Asunción por Trigueros
y precedida de tamboril y flauta, la Virgen de la Blanca de Villablanca cerraba la nómina de
imágenes llegadas desde los pueblos para esta procesión. Hermandades, Asociaciones
y Parroquias conformaban el largo cortejo que en representación de la ciudad
anfitriona, Huelva, precedía a la
Virgen de la Cinta.
La lluvia, que fue persistente compañera de la
procesión a lo largo de toda la tarde, no consiguió descomponer el orden con el
que las distintas localidades de la provincia acompañaban a sus diferentes
devociones. Se calcula que en torno a 30.000 personas llenaron las calles del
centro de Huelva con la idiosincrasia propia de todas las comarcas de la
provincia.
Centrándonos en nuestra Patrona,
diremos que el viaje de la Virgen comenzó en la Plaza del Pueblo en un día
nublado, amenazante de lluvia, congregándose un gran gentío dispuesto a viajar
a la capital en tres camiones que fueron: el del Chino, el de Ortega y otro
cedido por la Compañía de Tharsis en el cual viajó la imagen de la Virgen
acompañada por la Hermandad y autoridades. Una vez en Huelva, las imágenes
fueron concentradas en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. En su recorrido,
la imagen de Nuestra Señora fue parada ante la casa de la marquesa de Mora
Claros, persona que visitaba mucho el pueblo de Calañas y fiel devota de la
Virgen de la Coronada.
Veintiséis fueron las imágenes que desfilaron en la procesión, que era cerrada por el Seminario Menor, el Clero Regular y Secular y el Excmo. Señor Obispo de Pontificar. Por último acompañaba la Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento de Infantería Granada núm. 34 con Bandera y una compañía de honores. En la Plaza de la Merced se expuso el Santísimo Sacramento y el Señor gobernador Civil consagró la provincia al Inmaculado Corazón de María, y el Reverendo Prelado le consagró la Diócesis. Para terminar el acto, el Señor Obispo dio la bendición y declaró clausurada la Semana Mariana Diocesana.
CALAÑAS, 2015
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