De un artículo de la Revista de Feria de 1995 firmado por Don Manuel Sánchez Pérez:
" Durante los siglos XVII y XVIII Calañas tenía una fiesta muy popular que se llamaba Las mañanas de la vaca.
Consistía en comprar una vaca brava de alguna ganadería cercana al pueblo (Sr. Carvajal o Sr. Lancha). El coste era asumido por los vecinos y parte del Cabildo de la Virgen, ya que después de ser corrida por las calles del pueblo, se pujaba y los beneficios quedaban a favor de la Hermandad para sufragar los gastos de las fiestas.
Según cuentan, se comenzó con una vaca, pero posteriormente se compraba un toro defectuoso y desechado de tienta del día de la Candelaria (en febrero). El día de la Traída de la Virgen se empezaba a pujar el importe del toro desde Calañas a Sotiel y de Sotiel a Calañas hasta el risco que lleva su nombre "cabeza del toro", ubicado antes en la parcela de Las Cortecillas, que era donde terminaba la puja. Allí se contaba el dinero, se descansaba, se comía y bebía.
El animal era llevado por los mozos al coso taurino, y en los chiqueros lo arrimaban a un potro de madera, le cortaban los pitones a los cuernos, se lo embolaban y le ponían cintas y lazos de colores, al tiempo que le amarraban una maroma de 20 o 30 metros, estando entonces listo para correr por las calles del pueblo.
Termina diciendo el amigo Manuel (d.e.p.) que "cuando un viejo se muere se quema una biblioteca".
CALAÑAS, 2018
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