LAS HERMANDADES SACRAMENTALES
Éste
título lo ostentan las hermandades cuyo fin primero es el culto al Santísimo
Sacramento. Las hermandades sacramentales en su origen se remontan al siglo XVI
cuando doña María Teresa Enríquez
funda la primera en la parroquia de San Lorenzo de Sevilla a semejanza de su
homónima toledana de Torrijos.
En cuanto a la ciudad de nacimiento, todo apunta a que pudo tratarse de
Valladolid, aunque carecemos de datos exactos.
Poco después de la muerte de su abuela, hacia 1470, Teresa contrajo
matrimonio con un destacado miembro de la corte de los Reyes Católicos:
Gutierre de Cárdenas. Pese a las ocupaciones cortesanas, Teresa no abandonó las
vocaciones espirituales y caritativas que le inculcó su abuela: la oración y la
atención a los necesitados. Todos los viernes visitaba a los pobres en los
hospitales a los que daba dinero y viandas.
Entre 1497 y 1503 Teresa sufrió la pérdida de dos de sus seres más
queridos. El primero de ellos fue su hijo Alonso y luego su marido Gutierre de
Cárdenas. Cuando contaba con 50 años, dejó atrás su vida cortesana y fijó su
residencia en el palacio que con su marido mandó construir en Torrijos, llevando
una vida casi monacal dedicada a la oración, la devoción al Santísimo
Sacramento y el servicio a los necesitados.
Pero la labor por la que Teresa goza de una mayor fama, sin menoscabar la
importancia de las hasta ahora citadas, fue su papel en la fundación, desarrollo y extensión de las cofradías del Santísimo
Sacramento. En 1508 Teresa mandó construir en la iglesia de San Lorenzo
(Sevilla) una capilla dedicada al Santísimo.
El pontífice León X, supo ponderar la grandeza de la labor de Teresa en las
siguientes palabras: “El que una dama de
Castilla diera comienzo en el mundo, desde un villorrio, a esta nueva forma de
honrar la Eucaristía y de fomentar la virtud de los cristianos es, sobre toda
ponderación, glorioso para España”.
En Andalucía tras la primera ubicada en
la parroquia de San Lorenzo, se van extendiendo por las distintas collaciones
de la ciudad, pues su fin era tributar culto a la Sagrada Eucaristía y por ello
cuidar de todo lo relativo a la misma. Con el paso del tiempo a lo largo del
siglo XIX decaen estas corporaciones y son las hermandades penitenciales las
que mediante un cabildo de fusión sancionado por la Autoridad Eclesiástica
vuelven a dar vida a las Sacramentales.
Centrándonos en nuestro
ámbito local y tomando como pilar fundamental de consulta el trabajo de
investigación realizado por Doña María Coronada Pérez Gómez para su Posgrado
Iberoamericano de Historia Comparada, bajo la dirección de Doña María Luisa
Candau Chacón, titulado " Contrarreforma Católica y Culto Eucarístico: La
Hermandad del Santísimo Sacramento de Calañas", haremos un resumen del
mismo intentando conservar lo fundamental y mencionando la bibliografía del
mismo.
LA
HERMANDAD DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE CALAÑAS
Nos basamos en el Libro de
Reglas que están fechadas en 1562, año anterior al Concilio de Trento, y
también en el Libro de asientos de hermanos de la cofradía que data de 1848,
pero que en realidad se trata de una copia de los hermanos que pertenecieron a
la Hermandad desde 1698.
·
Órganos
de Gobierno de la Cofradía.-
La
organización interna de la cofradía viene detallada en sus propias Reglas. El
máximo órgano de poder era El Cabildo y se podía organizar con un número mínimo
(simbólico) de doce hermanos, entre los que debían estar presentes: " ...tres o cuatro
diputados y alcaldes y el prioste y el mayordomo, que éstos tales puedan hazer
cabildo y acordar con él lo que más convenga a la cofradía..."
Había
dos tipos de cabildos: los ordinarios,
llamados también particulares, donde se trataban temas como las altas y bajas
de hermanos, las limosnas, etc. y los
generales, de los que era obligado realizar tres al año ( uno antes de
Semana Santa, otro por el Corpus y el tercero era para hacer balance de la
administración, elegir cargos nuevos, etc.). Todos los hermanos tenían la
obligación de hablar en el Cabildo con la Regla en la mano, bajo sanción de
seis maravedíes.
·
Cargos
y sistema electoral.-
Los
cargos que se elegían en el tercer Cabildo General eran: un Prioste, un Mayordomo,
dos Alcaldes, un Escribano y seis Diputados.
El
Prioste y el Mayordomo formaban el poder ejecutivo de la Hermandad, la
administración de justicia correspondía a los dos Alcaldes.
Teóricamente,
éstos cargos citados debían renovarse cada año, pero a veces, dado los abonos y
avales que, sobre todo los mayordomos, debían presentar ante notario, hacían de
filtro a la hora de acceder a éstos cargos de poder. Igual ocurría con el cargo
de Escribano, en éste caso debido al alto grado de analfabetismo de la
sociedad. También estaban los riesgos económicos que debían asumir tanto el
prioste como el mayordomo, que eran las deudas de la Hermandad y las de los
hermanos fallecidos.
En
el capítulo IV de la Regla aparece la figura del "muñidor", cargo
menor que tenía asignado medio real y con funciones de asistencia a cabildos,
petición de cera para el Santísimo, concurrencia a entierros de miembros de la
Hermandad, etc.
·
Composición
social y pautas de conducta.-
Contamos
con el Libro de asiento de hermanos de 1848, siendo Hermano Mayor Francisco
Manuel Romero y Gante, agustino calzado y cura ecónomo de la Iglesia Parroquial
de Santa María de Gracia. En éste libro, en su primera página, se dice que
"en él se hallan copiados todos los hermanos que existían a principio en
el año 1698".
En
la forma de recoger los datos en el registro de hermanos de 1848 se aprecian
las variables siguientes:
-
Nombre de los hermanos
-
Nombre y apellidos de los padres
-
Fecha de suscripción
-
Limosna
Los
futuros cofrades habían de ser propuestos al Cabildo por algún hermano. Su
aceptación precisaba del visto bueno de toda la Junta y cumplir los requisitos
contemplados en los Capítulos II y III de la Regla (carecer de enemistad con otro
hermano, condición social que excluía a los esclavos, horros y cautivos, los de
vida y fama, los solteros (que podían entrar si abonaban una cuota superior al
resto, los miembros de la misma familia etc.). Estaba permitida la adhesión de
mujeres como cofrades, aunque el peso de la estima y el honor recaía sobre
ellas y sus derechos y cuotas eran diferentes a los de los hombres cofrades.
Entre
las normas de conducta veremos las obligaciones de los cofrades. La principal
función piadosa de la Hermandad era la salida y acompañamiento del Santísimo
Sacramento fuera de la Iglesia (Corpus, Viático de los enfermos...) . Los
hermanos eran convocados al tañido de la campana y debían asistir a la Iglesia
para la recogida de "las hachas y
las candelas" para acompañar al Cuerpo de Cristo. Los hermanos debían
llevar las varas del palio. El prioste y mayordomo encabezaban la procesión
portando un cetro en la mano. Durante las procesiones " ... no consientan a nadie tener sombreros en las
cabezas por donde fuere el Señor...."
Existían
otros privilegios para otros miembros, como la de los Alcaldes y Diputados que
en la procesión eran los primeros que recibían las hachas y las que sobraban se
le daban a otros hermanos. Ésta serie de protocolos ratificaban la estimación
social de los cargos principales de la Hermandad y compensaban de alguna forma
los riesgos y cargas económicas que conllevaban.
Podemos
añadir, desde un punto de vista antropológico, que la Hermandad del Santísimo
Sacramento de Calañas, era una hermandad comunal,
considerando que actuaba en un marco de acción fijado por el municipio y la
comunidad y casi todos sus miembros podían ser hermanos; también era vertical, pues estaba integrada por
individuos de diferentes clases sociales, según las Reglas; y cerrada, ya que estaba limitada a un
número de cofrades en función del cargo y la categoría social.
·
Objetivos
y culto.-
Los
objetivos de la Hermandad se reducen a la propagación y mantenimiento del culto
eucarístico, al mismo tiempo que a las cuestiones relativas a la asistencia
social, ceñidas en torno a los sufragios de los difuntos.
El
culto eucarístico era la principal actividad de la cofradía. El mantenimiento
de dicho culto se conseguía mediante la obediencia a los preceptos que aparecen
citados en las Reglas de la Hermandad. A ello responden los capítulos VI al XI,
donde encontramos cuestiones referentes a la organización de la festividad del
Santísimo y las distintas procesiones realizadas por la Hermandad. La
asistencia a la festividad del Corpus Cristi era obligatoria (capítulo XII),
excusada solamente por enfermedad o pérdida de libertad. Las procesiones del
Viático constituían objetivo primordial de la Hermandad.
Junto
con el culto eucarístico, la asistencia a los enfermos y difuntos constituía el
segundo pilar en el que se basaba la Hermandad Sacramental de Calañas. Dado que
no todos los miembros de la sociedad tenían acceso al "bien morir",
la asistencia funeraria de las asociaciones religiosas suponía un aliciente
para el ingreso de los individuos en una determinada Hermandad. Nuestra
cofradía instaría al ejercicio de la caridad no solo con sus hermanos, sino de
aquellos individuos que por su devoción al Santísimo se encomendaba a la
Hermandad al tiempo de la muerte y de las ceremonias de enterramiento. La pompa
y la dignidad que ofrecía la Hermandad era el reclamo necesario para interesar
a futuros cofrades, ya que esos derechos se trasladaban también a los
familiares más allegados, si residían en el mismo domicilio del cofrade, o los "encomendados" , personas que confiaban
a la Hermandad sus enterramientos según los usos de la misma (sin derecho a
rezos y misas posteriores).
Además
de dar sepultura, los cofrades estaban llamados a rezar por las ánimas del
fallecido " diez veces la oración
del pater noster con el ave María, y cuando se hiciera la fiesta general del
Santísimo Sacramento, el prioste tenga cuidado de avisar a las hermanas sobre
los cofrades que han fallecido para que recen por cada uno lo mismo" . Las
exequias continuaban con la celebración de tres misas de requiem por el
fallecido, celebradas el mismo día de la sepultura o al siguiente, lo más
tardar. Todos los gastos eran sufragados por la Hermandad, y si no había
fondos, entre todos los miembros de la misma.
·
Criterios
económicos, multas y penas.-
Al
carecer de los libros blancos de inventario, hemos de pensar que la únicas
fuentes de ingresos serían las cuotas de cofrades (cuota de entrada), las penas
pecuniarias que sancionaban las faltas cometidas, la práctica de la limosna,
las anualidades, los entierros y sus costes, la asistencia los hermanos pobres
y los ingresos de los "encomendados".
Cuotas
de ingreso en la Hermandad:
-
Solteros: 1 ducado y 1 candela de una libra de cera
-
Cofrade: 5 reales de plata, 1 candela de una libra de cera y 1/2 real al muñidor.
-
Hijo mayor que hereda pertenecer a la Cofradía: 1 candela de una libra de cera.
-
Viuda que hereda pertenecer a la Cofradía: 1 candela de una libra de cera.
-
Mujeres viudas o solteras: 5 reales de plata, 1 candela de una libra de cera y
1/2 real al muñidor.
Cuota
anual:
-
Hermanas: 1 real para renovar la cera.
De
las penas impuestas detallamos algunos de los motivos y las sanciones con que
estaban castigadas:
-
Mayordomo, prioste o diputado que reciba a un hermano de forma diferente a la
Regla (3 libras de cera)
-
Quien reciba un nuevo miembro enemistado con un cofrade (3 libras de cera)
- No
asistir a un Cabildo General (1/2 real para la cera)
-
Meter armas en un Cabildo (1 real para la cera)
-
Jurar a Dios o a la Virgen (8 maravedíes)
-
Blasfemar de algún santo (1/2 real)
- Al
que no pida para la cera (2 reales)
-
Comentar lo que se haya dicho en Cabildo (1 libra de cera)
-
Contestar de malas palabras a diputados o alcalde (3 libras de cera)
-
Quien no asista si es llamado a un entierro o difunto
Otros
ingresos de la Hermandad:
-
Cantidades de los "encomendados"
-
Limosnas pedidas el día de la festividad del Santísimo Sacramento.
-
Limosnas pedidas el jueves y viernes santos.
Visto
lo anterior, podríamos agrupar las penas bajo las siguientes variables:
-
Incumplir los objetivos fundamentales del culto
-
Por ir en contra de la Cofradía y sus rentas
-
Por incumplir labores de asistencia
-
Por perturbar la relación armoniosa de los hermanos
·
Persistencia
de la Hermandad: hermanos en el siglo XVIII.-
El
Libro de asiento de hermanos del que disponemos (Archivo Parroquial de Calañas)
data de 1848, pero con posterioridad a ésta fecha están asentados los hermanos
que pertenecieron a dicha Hermandad desde 1698 en forma de índice
alfabético-cronológico. Faltarían multitud de datos que fueron omitidos sin
saber el motivo (el mismo copista dice: "hasta aquí no van más que copiados los nombres. En el Libro original
pueden verse los años y las particularidades").
A
lo largo del siglo XVIII, 807 individuos fueron hermanos de la Hermandad del
Santísimo Sacramento de Calañas, de ellos 536 eran hombres (66%) y 291 mujeres
(34%).
Consta
que pertenecieron a la Hermandad, las Carmelitas calzadas procedentes del
Beaterio de Calañas:
-
Ana de la Encarnación (Madre del Beaterio), Inés Bernal (beata profesa), Inés
de San Antonio (Madre beata), Rosario (Madre beata profesa), María de San
Vicente (Madre del Convento carmelita), Juana del Corazón de Jesús (Madre
Superiora) y Sor Catalina de la Santísima Trinidad (Beata Carmelita).
Del
clero masculino podemos citar:
- 2
curas de la Iglesia Parroquial Santa María de Gracia
- 8
presbíteros
- 1
subdiácono
- 1
clérigo de menores
- 5
tonsurados (con la coronilla hecha)
- 10
licenciados
- 1
clérigo (sin especificar)
Del
clero femenino citamos:
- 3
Madres superioras del Beaterio
- 1
beata profesa
- 2
Madres del Convento Carmelita
- 1
Hermana Carmelita
Además
tenemos innumerables "profesiones liberales" entre los que destacan:
- 4
médicos
- 2
cirujanos
- 1
boticario
- 1
Maestro de Escuela
- 1
Administrador de tabacos
- 1
Escribano
- 3
militares
- 1
abogado doctor en cánones
- 1
cantinero
- 1
costurera
Las
anteriores profesiones responden a un nivel socioeconómico medio, por lo que podemos
suponer que el resto de los hermanos relacionados en el Libro de Asiento y para
los que no figura ocupación, respondería a un nivel socioeconómico medio-bajo
propio de una comunidad rural donde abundaban los campesinos y artesanos.
Con
éstos datos, tenemos que la Hermandad del Santísimo Sacramento de Calañas,
pervivirá hasta la década de los años sesenta del pasado siglo, si bien, para
su supervivencia, vería necesario su unión a la denominada Hermandad de la
Veracruz.
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