Aún con sus 94 años cumplidos, como recalca al pié de sus poesias, la fe por su Virgen, la ilusión por su pueblo, el pensamiento puesto siempre en los demás y las ganas de vivir, hacen que Rosario Baquero Rico me recuerde mucho a mi madre. A lo mejor es que todas las madres son iguales, al menos muy parecidas. Eso le decía en un correo que le mandaba hace unas horas. Me alegra haber dado el paso que un día dí, para poder ver cumplidos uno de tus mayores deseos, amiga Rosario, Rosarito Cuesta, como cariñosamente te llamo. No cambies nunca tu forma de ser. La sonrisa en los labios, los ojillos vivarachos, una palabra cariñosa siempre en tu boca, un deseo expresado .....
Calañas, 2011
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