viernes, 22 de mayo de 2015

Calañeses destino El Nuevo Mundo (ALONSO GONZALEZ. Año 1535 y JUAN BERNAL RODRÍGUEZ. Año 1608)

Revisando un fichero de datos que he localizado en el Archivo General de Indias (Sevilla), Casa de la Contratación, encuentro datos relativos a vecinos de Calañas que en distintas épocas viajaron a distintos lugares de América y cada uno con un motivo diferente, como hemos visto ya en la entrada relativa al viaje del cura (1587). 

Ahora nos ocupamos de ALONSO GONZÁLEZ, calañés hijo de Bartolomé Domínguez y Marina Suera (así aparece asentado y con la salvedad que su primer apellido no es el mismo que el del padre). Hay un apunte en un Libro de Asiento de Pasajeros registrado en la Sección de Contratación 5536, L.3, F.196 (4) de fecha 9-4-1535, descripción incluída en el Catálogo de Pasajeros a Indias, volumen II, como vecino de Calañas (Huelva, España) y destino a Veragua (provincia, jurisdicción antigua, Panamá).

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En la Revista de Feria del año 2006, Don Manuel Sánchez Pérez, nos relata con muchos detalles el viaje a Perú de otro calañés, éste en el año 1608:




JUAN BERNAL RODRÍGUEZ, natural de Calañas, del Campo de Andévalo, hijo legítimo de Alonso Bernal y de Isabel Rodríguez, que embarcó en los muelles de las Mulas, junto a la Torre del Oro en Sevilla y emigró a las Indias estableciéndose en el Perú el 16 de abril de 1608.

Fue llevado en estado de extrema gravedad al hospital de San Andrés de los Reyes por cuatro hombres de su mismo color. No ofrecía ningún signo de violencia, y murió a las pocas horas de ingresar sin poder hacer testamento ni confesarse. Se le enterró en presencia del capellán del centro.

En los calzones que llevaba puestos, tenía una carta firmada por su hija, Isabel Bernal, en la que le rogaba que no se olvidara de ella, y además le comunicaba que su hermano José se había marchado al Perú para informarle de la muerte de su madre y aún no había sabía si lo había encontrado.

Álvaro Caballero Bazán, en cuya casa estuvo alojado, dijo que había una silla de montar, pues iba con frecuencia en caballo a Campeche (uno de los 31 estados que, junto con el Distrito Federal, conforman las 32 entidades federativas de México)  y dos petacas, cuyo contenido desconocía por estar cerradas con llave. Abiertas, ante testigos, se hallaron en ellas 26 pesos y 6 reales en dinero, y además, 150 varas de tela, 57 cuchillas normales, 20 vainas carniceras, un atado de cintas blancas, 5 madejas de seda de distintos colores, 2 jubones y una espada con su talabarte y pretina. Éstos enseres alcanzaron un valor de 280 pesos en la Almoneda, celebrada en los Reyes el día 21 en presencia del Juez de Bienes de Difuntos Don Juan Fernández de Recalde. De dicha cantidad, se abonaron 51 y 6 reales para los gastos de entierro y otros trámites.

En 20 de noviembre de 1610, el Contador de la Contratación, dió testimonio de la llegada a aquella casa de 61.431 maravedíes, traídos de tierra firme en el galeón San Pablo, de la flota del general Jerónimo de Portugal. De dicha cantidad quedaron depositados en Contaduría, 202 pesos y 4 tomines, una vez deducidas las costas fletes y averías.

La carta requisitoria llegó a Calañas el día 24 del mismo mes, siendo voceada por el pregonero del cabildo Luis Bonega y leída por el sacristán mayor de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Gracia, Pedro Flores, el domingo día 28. No sabemos por qué razón, pues no hay constancia de parentescos, ésta carta también se envió a las justicias de Huelva, voceándose por el pregonero del cabildo Bartolomé Martín, el sábado día 27 y leída por el sacristán mayor de la Iglesia de San Pedro al día siguiente.

El día 1 de diciembre, el marido de Isabel Bernal, Alonso Benítez Galán, se personó ante el Alcalde ordinario de Calañas, Alonso González Infante. Solicitando las preceptivas diligencias de acreditación de personalidad, testificaron en ellas, el barbero Lorenzo Ramos y Lucas Rivera. La tan referida Isabel, dio poderes, primero al procurador de Calañas Don Diego Cruzado y posteriormente, por traslado de residencia a Sevilla, al vecino de dicha ciudad, Bernabé Núñez, a quién por orden de los Jueves de la Real Casa, le fue entregado el dinero correspondiente el día 10 de enero de 1611.



CALAÑAS, 2015

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