En el mes de diciembre de 2014 inserté una entrada relativa a "los baños de la Coronada", y hoy, después de haber pasado una felices y movidas vacaciones estivales con mi familia, intentando ponerme al día con mis actividades, encuentro una referencia en un texto de Don Andrés Bruno Romero Mantero titulado "Valverdeños en el poblado minero de Sotiel Coronada", donde hace referencia a esos baños. Buscando en los Relatos Sociales de Calañas de 1770 a los que hace referencia, consulto los mismos y encuentro que en el apartado "Historia natural" se dice:
El modo de usarla con más utilidad es tomándola de la misma fuente porque la que se extrae de ella es preciso llevarle en vasijas vidriadas y dentro alguna ajena de la misma fuente, pues de otro modo pierde su acidez, de la que abunda muy herrumbrosa, al segundo o tercer día. Son repetidas las experiencias de sus buenos efectos porque vienen de la ciudad de Cadiz, Sevilla y otros pueblos a tomarla. Habiendo hecho parte de su analisis con ocho cuartillos de agua produjo tres adarmes de una sal semejante del tartaro vitriolado; no fermenta con los espíritus ácidos ni alcalinos...."
Ésta fuente es citada en el Diccionario de Pascual Madoz en 1847 y por Gonzalo Tarín en 1886, quien dice: " ....no es otra cosa que el agua alumbrada por un socavón que en la época romana abieron para desaguar las minas de ese nombre y que se ha limpiado en los tiempos modernos. Sus aguas se represan en una charca para dar movimiento a un molino y en ella se bañan gratuitamente muchas personas que concurren de diversos puntos de la sierra y provincias limítrofes. En el grupo de casas que hay junto a los Santuarios de Nuestra Señora de la Coronada y Virgen de España, hay un regular albergue para los enfermos."
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