martes, 14 de marzo de 2023

La tángana

 

EL JUEGO DE LA TÁNGANA


Uno de los juegos que ocuparon bastantes horas como entretenimiento a muchas generaciones en nuestro pueblo y otros de la geografía española fue "la tángana" que se denomina también como " la taba " dependiendo del lugar donde se jugara, como también varía la forma de jugar.

Empezaremos por definir ¿qué es una tángana o taba?

Según fuentes consultadas, es un hueso que se encuentra en el tarso y cuyo nombre científico es astrágalo. Se encuentran en las patas traseras del cordero o chivo (las más utilizadas) y suelen tener unos 3x2 cm. y varias caras bien diferenciadas.

 


Quiero recordar que en Calañas se colocaban las tánganas sobre la mano en su parte posterior y se iban moviendo los dedos pasándolas de uno a otro. También se tiraban al suelo como si fueran dados y dependiendo de la cara por la que caía al tirarla, ganaba el que había hecho la apuesta en ese sentido.




Las caras de una taba.

Se juega con cinco tabas de cordero, en las que se consideran cuatro posiciones:

 

·        Jete: (también llamado hoyos) es la cara cóncava o que tiene un hoyo.

·        Panza: (también llamada tripas) es la cara convexa, inversa u opuesta al jete. Tiene como una barriga abultada.

·        Verdugo: (también llamado lisos). Tiene un pico que sobresale en uno de sus extremos. Es la parte más lisa de la taba aunque tiene unos pequeños bultitos pero más suavizados.

·        Rey: (también llamado carneros) es la cara inversa u opuesta al verdugo. Presenta un hueco o zona cóncava.

 

En la antigua Grecia, ya se jugaba a la taba como juego de azar. El nombre del hueso astrágalo se debe a que el célebre escultor Policleto, en el siglo v a. C., realizó una de sus obras más renombradas, en honor a la astrogolizonta, es decir, la jugadora de tabas. También servían las tabas como objeto adivinatorio y así fue que la astragalomancia se tuvo muy en cuenta en la antigüedad.

En Roma, también se jugaba a la taba, sobre todo en lo relacionado con la suerte y como práctica adivinatoria. Para ello solían usarse los huesos de oveja o cabra, aunque también los había hechos de marfil, bronce o piedra. Con cristianización del mundo pagano, el juego fue perdiendo popularidad. Aunque los niños siguieron jugando a las tabas, lanzándolas y cogiéndolas en el aire como muestra de reflejos y habilidad. Algunos grupos de adultos, las lanzaban de forma similar a los dados y así utilizaban la taba para apostar.

Ya en tiempos antiguos, los más pudientes usaban imitaciones, tabas fabricadas artificialmente en marfilágata o algún otro material como bronceplata u oro.

En Europa se conservó, en algunas aldeas pastoriles de las montañas, como un juego de azar o como juego infantil de habilidad. Los españoles introdujeron este juego en toda América, siendo popular en zonas rurales y ganaderas.

CALAÑAS, 2023

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