Don Tomás Gallart González nació
el 13 de mayo de 1856 en Almuñecar (Granada). A los nueve años se queda huérfano de padre y comienza a trabajar en una
fábrica de azúcar por dos reales chicos. Con 13 años se dedicaba a arreglar las
cinco máquinas de vapor de esta fábrica molinera por 5 reales. Con 15 años
trabaja de día con las máquinas y de noche con los aparatos de fabricación. Así
discurre su andadura como “pinche” en el taller y hace frecuentes viajes a
Sevilla en barco para transportar la mercancía que producía la fábrica.
|
Familia GALLART |
De esta
manera comienza a trabajar como aprendiz de mecánica moderna en el taller del
Sr. Grosso, a donde se marcha con 20 reales. Para ayudar en la maltrecha
economía familiar enviaba a su madre primero la mitad de tres pesetas diarias,
luego un cuarto de pesetas y el segundo año 5 pesetas. Del taller del Sr.
Grosso se fue a otra fábrica donde construían máquinas de vapor y montaban
maquinaria. Al año de encontrarse allí trabajando obtiene uno de los mejores
sueldos. Se encargó también de una fábrica, a 10 pesetas diarias y el dueño le
encargó el montaje e instalación de las máquinas en la mina del Carpio, a 12’50
pesetas diarias con 19 años. Al mismo tiempo le encargaron la maquinaria de la
mina de Cueva de la Mora, optando por quedarse en esta última, a 18’25 pesetas
diarias. Ambas transportaban pirita cobriza. En 1883 se convierte en
subdirector de las minas de Sotiel Coronada con un sueldo anual de 9.000
pesetas. Allí montó todo el taller: máquinas de tracción, el muelle y los
aparatos mecánicos. Tenía la mina una población de 1.600 obreros.
|
Ferrocarril Sotiel-Tinto-Santa Rosa |
Trabajó por cuenta propia la explotación de minas y beneficios de aguas
ferrocobrizas y siendo subdirector de Sotiel se ganó con otros tres compañeros
9.000 duros con el arriendo de las minas del Carpio. A su salida de Sotiel
(1893), después de explotar por arriendo la mina Peña de Hierro, con dos amigos
extranjeros compró la mina del Tinto, con cuya explotación se habían arruinado
varios empresas. Amplió a Santa Rosa, después de pagar el cable aéreo de
transporte, las instalaciones de numerosas máquinas de vapor, los talleres, las
construcciones. Obtienen numerosos beneficios los tres copropietarios
explotadores con una población obrera de 600 familias aproximadamente.
El cable
aéreo se construyó entre los años 1896 y 1904. Pero no es hasta el año 1906
cuando se realiza su proyecto oficial por el ingeniero D. José Albelda para
darle validez al mismo, una vez que la compañía “The United Alkali” compra la
mina del Tinto y Santa Rosa. A partir del año 1909 se comienza a construir el
ramal que unía las minas del Tinto Santa Rosa y Sotiel Coronada con la línea
del Buitrón a San Juan del Puerto. Una de las locomotoras que tenía este ramal,
la número 6, se llamaba Gallart.
|
Máquina del ferrocarril Buitrón-San Juan del Puerto |
Resulta curioso que en la Exposición Universal de París (1900) existiera una
representación de las minas del Tinto y Santa Rosa, donde se expusieron
muestras de minerales de pirita y de cobre. Las muestras expuestas eran,
particularmente, de mineral “pobre” y de pirita ”amarilla” del Tinto,
encontrándose restos de la explotación romana. También se exponían útiles,
vasos y trozos de estructuras que databan de la época romana. Una corta de las
minas, una carta geológica, los diseños relativos a una cable aéreo de 7
kilómetros de longitud y un puente suspendido, estaban expuestos en esta
exposición.
Tomás Gallart era conocido como el “Marqués de Calañas”, fue el primero que
trajo la electricidad a Valverde del Camino y suyo era uno de los primeros
coches que circularon por nuestro pueblo. Se caso con Fernanda Nieto, natural
de Lora del Río, con la que tuvo varios hijos, que se exiliaron a México y a la
Argentina. Una de sus hijas, Fernanda, se casó con un belga, Guillermo Boeck,
quién posiblemente sea el joven que aparece en la postal que ilustra este
reportaje. Como prueba a su heroicidad en el rescate de un obrero siendo él
maquinista, se le otorgó la gran Cruz de la Orden de Carlos III, posiblemente
coincidiendo con la visita de la Regente María Cristina y de su hijo Alfonso
XII a Huelva para la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de
América (1892).
Mi agradecimiento a Doña Aurora Montín, autora del anterior artículo. (Historiadora. Valverde del Camino. Huelva)
CALAÑAS, 2014