Con éste tema muchas
personas podrán por unos momentos trasladarse a etapas vividas hace ya algunos
años y pretendo solo que nos sintamos un poco nostálgicos, que es algo que como
bien decía Don Cristóbal Arenas en uno de sus artículos, la nostalgia “ Es tan flexible que puedes dilatarla en el tiempo
y volver a vivir una y mil veces los momentos más agradables ocurridos en tu
vida”.
ALGUNOS
JUEGOS DE ANTES
Los juegos de nuestra época y los de otras
generaciones algo más lejanas en el tiempo, no podían ser una excepción, y no
lo fueron; también fueron desapareciendo poco a poco y olvidándose para siempre
o transformándose en algo parecido de lo que fueron y algunos tuvieron la gran
suerte de perdurar a lo largo de los años y adaptarse en sus bases
fundamentales a los nuevos tiempos.
Los bolinches
La tángana
LA ¿VILLALBA? O
¿VILLARDA?
Era un
pequeño palo afilado en sus dos puntas y con una longitud de unos 20
centímetros, que se colocaba entre dos piedras al principio del juego, y con
una vara más grande se le metía por debajo, se levantaba y golpeaba hasta
lanzarlo lo más lejos posible.
El siguiente jugador, donde cayera la “villalba”, la
golpeaba sobre una de las puntas, la levantaba, y volvía a golpearla, y así
sucesivamente.
EL FICHÉ
Se trataba de un pincho,
unos de madera, otros de hierro, que se utilizaba como instrumento. Se marcaba
un redondel en la tierra, a ser posible que estuviese blanda, y se comenzaba a
tirar el pincho una y otra vez con la sola intención de clavarlo dentro del
círculo; si no lo clavabas perdías. ¿Que qué perdías? ........... pues solo
perdías. Eso sucedía la mayoría de las veces.
LA PANDORGA
Antes de
empezar el juego, había que tener unas buenas dotes de constructor y fabricarse
personalmente la pandorga:
- Papel (si
era de liar, mejor), una cañas bien recortadas, cuerda abundante, papel de
colores y algunas orillas (recortes de los laterales de la tela) para hacer el
rabo o cola, y lo más esencial: harina y agua para hacer el pegamento que
uniría el papel a las cañas.
Una vez
construida la pandorga, el lugar a elegir donde poder echarla al viento, podría
ser el Peñasco, la Peña Gorda, etc. y haber cual volaba más alto.
LA BOMBILLA
Para esto en principio se necesitaba poco, sólo una
tiza para dibujar en el suelo una buena bombilla. Después se formaban los
equipos o grupos y a “echar suerte” a ver quien se quedaba el primero. El
capitán del primer equipo antes de saltar por encima del que se quedaba habría
de decir: ¡ marcas de motos! , y saltaba procurando caer siempre dentro de la
bombilla pintada. Si todos decían su marca y al saltar caían dentro, se empezaba de nuevo con otro
pequeño examen: ¡ equipos de fútbol de 3ª división!
........... y así intentando complicarlo lo más posible, hasta que había algún
grupo que fallaba.
“ADENAKA”
¿ Se escribirá así? . Al menos a mí me suena de ésta manera.
Primero
se echaba suerte a ver quién se quedaba de burro.
+Empezaba el juego situándose el burro bien cerca
de una raya que se pintaba en el suelo o
cerca de algún borde de acera que hubiese. Se empezaba saltando libremente al
principio, con polique o sin polique, con manos o sin manos, hasta que al
producirse la separación progresiva del burro de la acera o raya, se complicaba
la cosa y empezaban a fallar los saltadores y entonces empezaban a quedarse de
burro y así................hasta que se hacía de noche.
“AVANCI”
Igual
que el anterior tampoco estoy seguro de como se escribe, siempre me sonó así;
tal vez sería AVANCE, pero esa voz que tantas veces hemos dado al empezar éste
juego, siempre la oí de ésta manera.
Se formaban grupos, se establecía un lugar de
reunión y unos grupos salían por ahí a esconderse y al que le tocaba quedarse
debía procurar que nadie se colase y coger a mayor número posible de niños de
los otros grupos. La mayoría de las veces el juego no terminaba, pues había
algunos que no había quienes los cogiera, y algunas veces cuando se regresaba
al lugar de reunión, ya no quedaba nadie.
LAS REPRESAS
No sé si
sería un juego o no; tal vez no deberíamos catalogarlo como tal, pero lo que sí
es seguro es que nos entretenía muchísimo.
Aquellos
inviernos de antes, cuando empezaba a llover en el mes de octubre y no paraba
hasta que llegaban los Reyes; entonces era el tiempo de jugar a las “represas”.
Los
materiales empleados eran muy simples:
- primero unas buenas botas de agua, las de goma
negra de Casa de Anacio.
- mucho barro y piedras
- un buen día de agua, para que corriese la calle
abajo, y en el punto más bajo de la misma o donde parecía, se empezaba a
colocar piedra, barro, piedra, barro, y más piedra y más barro, hasta que el
agua quedaba como embalsada. Luego, en su entorno, se sacaban los indios de
goma y empezaba la mente a idear batallas y un sin fin de aventuras que, a
veces, nos hacían faltar a la escuela.
EL TROMPO
Este juego, como casi todos, era fascinante; ¡ que
destreza se necesitaba para ser un buen jugador!
Lo más
importante era que el trompo fuese de calidad, y si tenía púa herrera, de casa
de Juan Ramírez o de Castilla, mejor que
mejor. Una buena puá dada con púa herrera, eso partía el trompo más duro, o al
menos lo sacaba bien fuera del círculo.
La
cuerda también era importante, tenía que ser de cordoncillo, pues las de pita
se deshilachaban mucho, y en uno de sus extremos, para meter entre los dedos,
una buena chapa de cerveza o un botón de abrigo podía valer.
EL TIRACHINOS
Una buena ganchá, bien de jara o de alambre
trenzado, formaban parte de un todo que se completaba con dos gomas bien
recortadas de cámara de bicicleta y un trozo de badana o cuero de zapato viejo.
¡ Vaya cantidad de piezas las que se necesitaban!
Era
uno de los utensilios de más utilidad. Servía tanto para cazar a los
gorrioncillos nuevos, ya que apenas se movían después de recibir una buena
cantidad de chinazos, o bien para expulsar de nuestro recinto de juego en la
calle a los visitantes de otras calles.
Me pasó mi amigo Javier Casto, ésta retahila que se iba diciendo en el juego del burro y la inserto para los curiosos. (yo corregirìa la número 2 por: A LAS DOS LA COZ)
Para
no aburrir demasiado con éstas “cosas de niños”, dejo buena parte de los juegos
de antes para otra ocasión.
CALAÑAS, 2016