En el periódico 20
minutos de hace unos días, venía un artículo muy interesante relativo a un tema
que titulaban "PROFESIONES QUE
MUEREN O RESUCITAN". Su autor, Javier Rada, dice que la extinción de
los oficios es la pérdida de un mundo. Los más, los perdidos, han devorado
siglos y paisajes y forman parte del ocaso de una cultura, encontrando los
adjetivos de residuales, románticos o resistentes. Algunos de ellos han
resurgido por la crisis o guiados por el retorno al terruño fomentando la
llamada agricultura ecológica o el neorruralismo. Así, los barberos vuelven a
estar de moda para retocar barbas, se hacen galletas y tortas artesanas, el pan
tradicional llena las mesas de los mejores restaurantes, se vuelven a arreglar
bicicletas a mansalva y los mercados tradicionales se llenan de delicatessen.
Éstos serían los más afortunados, sobre todo, PORQUE NO SE HAN PERDIDO. Los
otros, los extinguidos, lanzaron su último aliento hace ya bastantes décadas y
yo, sin exceso de melancolía, siento algo de pena por ellos. Un pequeño
holocausto sacude los pueblos españoles sin pudor, en éste y otros temas
similares.
En Calañas, hemos
tenido todo tipo de oficios u ocupaciones activos hasta principios de la década
de los sesenta y que muchos de ellos databan de finales del siglo XIX o principios
del XX, como bien ha quedado reflejado en los famosos Anuarios Almanaques del
Comercio publicados en Madrid (1879) o los Anuarios Riera editados en Barcelona
a partir de 1901 : mesoneros, sastres, zapateros, guarnicioneros, sombrereros,
talabarteros, madereros, pellejeros, abaceros, herreros, taberneros, barberos,
etc. Muchos de ellos apenas si los hemos conocido algunos de nosotros y
cada día que pasa menos referencias de ellos nos quedarán, por eso he querido
con ésta entrada rendir un pequeño homenaje a esas personas, artesanos del
oficio, entre las que se encontraba mi padre, haciendo un recorrido hasta donde
alcanza mi memoria y pretendiendo recoger nombres y ocupaciones.
En la mayoría de
los casos, en esas pequeñas industrias artesanas y familiares se desarrollaba
tanto el oficio en sí, como su aprendizaje, ya que también ocupaba a jóvenes en
edad temprana que más tarde lo convertirían en su medio de vida.
AGUADORES (acarreaban
el agua de las fuentes y la repartían por las casas, unos en burro, en carros,
etc. Conocidos: Diego (El Platero, para
entender) Casimiro y Pedro Crespo)
AGUARDIENTES (tuvimos
a principios del siglo XX (1904) fábricas de aguardiente. Sus propietarios:
Javier Casto, Juan Casto, Juan Llanes e Ignacio Palacios)
ALGUACILES (solían
trabajar como empleados públicos en el
Ayuntamiento, distribuyendo correspondencia, haciendo recados y otros trabajos
variados. Nos acordamos de Julián Romero y Benito Ramírez.)
Julián Romero Espeleta
ARTESANOS DE LA ENEA (trabajos sobre todo de palma, esparto y tomiza). Lo elaboraban: Josefa
(cuñada de Nicolás el del kiosco frente a la Academia) y Pedro el de Leonor.
CAMPANEROS
(los que tocan las campanas. Hemos tenido a: Pepe Clavero, Matías
Martínez, Juan Cabeza, Alonso el sacristán, Joselito el de la Bodega, Miguel el
monaguillo, Sebastián,
José Chocolate)
José Chocolate
FÁBRICA DE HIELO ( permaneció activa hasta finales de los sesenta y
estaba ubicada en el edificio del actual Bar El Pilar, regenteada por la
familia de Francisco y su hijo Pablo. Surtía de barras de nieve a todo el
pueblo)
FÁBRICA DE CARAMELOS (denominada Fábrica de Caramelos Nuestra Señora de la
Coronada, gestionada por Juan el de Jeromo)
GASEOSAS (había en el año 1908 una fábrica de gaseosas
regenteada por José Conde y José Ramos. En los años 60, tuvimos otra (Gaseosa
La Purísima) gestionada por Dolores la de la Cantina y su familia)
GUARDA DE LOS CERCADOS (su misión era la vigilancia de las fincas rústicas
cercanas a la población. Tuvimos a Lorenzo, marido de María Alonso Baquero)
GUARNICIONERO O
TALABARTERO (
artesanos de la piel y el cuero, haciendo o reparando arreos de bestias y
caballerías. Había una familia que vivía en la Bda. Reyes Magos donde el padre
y uno de los hijos ejercían el oficio; y actualmente, José María Hidalgo)
HERRADORES ( son como los "zapateros" de las bestias,
colocando herraduras en sus pezuñas y retocando sus cascos. Aún nos queda el
famoso Banco de Herrar de Pepe Rosa (primo de mi padre) y su familia, quienes siguieron
y siguen en otros lugares con su oficio. También en la Calle el Palmar, Pepe el herrador, que estuvo en el ejército en la Remonta, tuvo su banco de herrar, siendo au ayudante algún tiempo, Bartolomé Carrasco. Vargas (el padre) tenía un banco en la calle Murillo, frente de la casa de Pastora Reales)
José María Rosa
HERREROS (todo tipo de trabajos relacionados con éste
material: el hierro. Manuel Castilla y Juan Ramírez se llevaron la palma en
éste campo)
Juan Ramírez Gómez
HILANDERAS ( recordamos el taller de Las Morenas, en la calle
El Barrio, que confeccionaban en lana mantas estriberas, mantas para la cama,
paños, etc. En nuestros días y debido a la realización de cursos, se montaron
telares y se trabajo algunos años haciendo verdaderas maravillas artesanas en
lino, lana y tela)
Taller de las Morenas
LATEROS (construcción y reparación de objetos de hojalata y
derivados : paneras, cubos, jarrillos, canales, etc. La familia de Anacio y su
hijo Alonso y la familia de Francisco y Esteban el latero, fueron pioneros en
éstas artes tan imprescindibles en esos tiempos)
Francisco el latero
PASTORES ( muchas personas se dedicaban a ésta labor, cuando
había abundancia de ganado y ganaderos en nuestro pueblo.....hoy apenas si
vemos al padre de Matías el Lechugo y los hijos de Currito (Pepe, Francisco y
Manolito) con su propio ganado pastando)
Pepe el de Curro
PELLEJEROS ( encargados de la compra-venta y curtido de todo
tipo de pieles. En Calañas, la familia de Los Pellejeros, Basilio García,
Antonio Plaza.....)
PORTEADORES DE BULTOS ( iban a la estación a trasladar los bultos de los
viajeros, a llevar el pescado a la plaza....y todo empujando sus carrillos de
mano. El Cano de la pipa, José el de la Martina, Casimiro, Pedro el Bizco, Felix con su carro y Manuel el Molinero (ambos hacían el servicio de Correos))
Pedro Romero Crespo
PREGONEROS ( se ocupaban de trasladar a los vecinos las noticias
que desde el Ayuntamiento les ordenaban, yendo de esquina en esquina iniciando
con el famoso: DE ORDEN DEL SEÑOR ALCALDE, SE HACE SABER y terminando con HE
DICHO. Yo sólo recuerdo a El Cano de la pipa, que vivía en la esquina de la
calle El Barrio y luego Casimiro el del carro cogió el testigo)
RELOJEROS (reparación de relojes, montado de correas, (no
tenían que ponerle pilas de botón), etc. Hace ya muchos años que el amigo y
vecino Diego Macías dejó el oficio)
SASTRES (corte y confección de americanas, pantalones,
babis, abrigos, etc. Aquí, la familia de mi padre se lleva la palma: desde
finales del siglo XIX tuvieron sastrerías en Calañas.... Gregorio Llanes (mi
bisabuelo), Ramón Llanes (mi abuelo), Juan Llanes, Andrés LLanes, Narciso
Llanes, Gregorio LLanes (mi padre) y Pepe Llanes (mi tío, que se fue a Tharsis.
También se dedicaron al oficio Plácido y Ramón García)
sastrería Maestro Goro
SOLCHANTRE ( tocaba el melodio
y cantaba en la Iglesia en los cultos correspondientes: entierros,
liturgias, solemnidades, etc. De nuestra época: Pedro el Meriendo)
Pedro el Meriendo
SOMBREREROS ( arreglos y confección de sombreros. Desde finales
del siglo XIX y hasta mediados del XX fueron varias personas que se dedicaron a
éste oficio: Antonio Muñiz, Rodrigo Romero, Juan José el de tía Micaela y
Francisco el sombrerero)
Rodrigo Romero (el sombrerero)
TELEFONISTA ( atención de llamadas telefónicas desde centralita.
Varias personas pasaron por éstas instalaciones de la compañía: Manolita, varias
hermanas Santana Galán....)
VENDEDORES DE CHUCHERÍAS (las figuras de Isabel y Petra, de Venancia y del
Serio serán siempre imborrables para todos los calañeses que los conocimos.
Ponían sus canastos repletos de chucherías, sus lebrillos llenos de altramuces
y catufas, los garbanzos tostados y sus cestas llenas de piñones con un pequeño vasito de cristal como
medida. En invierno, el Serio, asaba castañas en la Plaza.
FABRICANTES Y VENDEDORES DE HELADOS ( Manuel el Molinero y sus hijos Casimiro y Toto los hacían buenísimos y los repartían bien en un carrito o en una garrafa por las calles. Los veranos venían "Los valencianos", Pepe y Dolores, que se quedaban en la calle La Fuente y traían un carrito que ponía "Helados el Valenciano")
BARRENDEROS MUNICIPALES (Recordaremos a Tío Tocino, Tío Pepe Urdiero y Juanito Regalao (hermano de Alonso el Sacristán). Además de barrer el pueblo, tenían el mantenimiento de la Plaza de Abastos)
CORREDORES DE GANADO (pueblo ganadero necesitaba varios tratantes: José María Morón, Pablo Holguín, Sebastián Moriña y Juan Marroco (el muñequero, para entender))
Juan Marroco
ARTIFICIERO ( Juan Cancano, se dedicaba a hacer y quemar las tracas, los lanzamorteros con regalos, los globos de papel que se elevaban con alcohol, etc.)
FABRICANTES Y VENDEDORES DE HELADOS ( Manuel el Molinero y sus hijos Casimiro y Toto los hacían buenísimos y los repartían bien en un carrito o en una garrafa por las calles. Los veranos venían "Los valencianos", Pepe y Dolores, que se quedaban en la calle La Fuente y traían un carrito que ponía "Helados el Valenciano")
BARRENDEROS MUNICIPALES (Recordaremos a Tío Tocino, Tío Pepe Urdiero y Juanito Regalao (hermano de Alonso el Sacristán). Además de barrer el pueblo, tenían el mantenimiento de la Plaza de Abastos)
CORREDORES DE GANADO (pueblo ganadero necesitaba varios tratantes: José María Morón, Pablo Holguín, Sebastián Moriña y Juan Marroco (el muñequero, para entender))
Juan Marroco
ARTIFICIERO ( Juan Cancano, se dedicaba a hacer y quemar las tracas, los lanzamorteros con regalos, los globos de papel que se elevaban con alcohol, etc.)
Posiblemente
habré dejado, sin intención, en el tintero algún que otro oficio o
profesión que ya no tenemos operativo en Calañas y que algunos de los lectores
de ésta entrada sí recordarán y comentarán. Si es así me pueden informar de la
forma que crean conveniente.
CALAÑAS, 2016
* agradezco a mi amigo Javier Casto que me haya apuntado varias ocupaciones que faltaban.
CALAÑAS, 2016