No quería dejar (temporalmente) como hago cada año por éstas fechas mis aportaciones al blog, para centrarme en las vacaciones estivales, sin hacer una entrada dentro de la línea del mismo y que no es otra que hablar de "COSAS DE CALAÑAS".
En ésta ocasión, y a pesar de que en su tiempo se trató de un negocio para sus propietarios, cuento una breve historia del Cine Troyano, ya que la repercusión social que tuvo el cine en Calañas en los años que duró, creo fue de máxima importancia.
Aprovecho en dedicarlo a mi madre, en el día de su 103 cumpleaños (si hubiese vivido claro).
En ésta ocasión, y a pesar de que en su tiempo se trató de un negocio para sus propietarios, cuento una breve historia del Cine Troyano, ya que la repercusión social que tuvo el cine en Calañas en los años que duró, creo fue de máxima importancia.
Aprovecho en dedicarlo a mi madre, en el día de su 103 cumpleaños (si hubiese vivido claro).
A
finales de 1.941 la empresa de Don Alberto Stutz, compró dos casas en la calle
Don José Troyano, los números 41 y 43 propiedad de Pepe el Modisto para
construir el cine, siendo realizada por los albañiles del pueblo. Fue
inaugurado el 8 de octubre de 1.944 con la película "Si yo fuera
Rey", de Ronald Colman,
completando
el programa el NO-DO nº 77 de la actualidad Mundial. Nodo número 77 (19 junio 1944)
Hagamos
un poco de historia, retrocediendo algunos años en el tiempo para conocer las
raíces de ésta empresa local que duró en Calañas hasta el mes de abril del año
1974, según datos recogidos del domicilio de los propietarios y la información
aproximada de alguno de sus familiares directos. El día 21 de abril se da por
finalizada la "vida" del Cine Troyano de Calañas, con la proyección
de la película "Siete novias para
siete hermanos", de Jane Powel y Howard Kell, a la que asistieron 118
adultos y 55 niños con entradas de 20 y 10 pesetas respectivamente.
A principios
del siglo XIX, y del matrimonio formado
por Benito LLanes Rico y Carmen Naranjo Lossa, en la localidad minera de
Valdelamusa, nacen cinco hijos: Juana (1904), Emilia, Felisa, Luisa y Pepe. A
los pocos años del nacimiento de Juana se traslada la familia a vivir al
número 40 de la calle Cervantes, casa que había sido construida en el año 1893
por sus familiares.
Con motivo del
fallecimiento de Benito LLanes, su esposa, Carmen, crea la "Fonda Calañas",
en la que se alojaron a lo largo de los años multitud de huéspedes nacionales e
internacionales. Tres de sus hijas conocieron allí a los que luego fueron sus
esposos: Juana a Albert Stutz, Felisa a Isidro Robles (médico y alcalde de
Calañas) y Luisa a José de la Rosa, maestro en la localidad.
Nos
ocuparemos de las personas relacionadas con lo que posteriormente sería la
Empresa que gestionaría el Cine Troyano.
Don Alberto Stutz
Ammann, llega a Calañas enviado por una firma suiza encargada de la instalación
eléctrica en la provincia de Huelva. Se aloja en la Fonda y al enamorase de Juana, decide no regresar a Suiza y quedarse en España. Para poder casarse
hubo de convertirse al catolicismo, ya que era protestante. Se celebra la boda
en Calañas y del matrimonio nacen dos hijos: Hans (ya fallecido) y Albert. Por
su trabajo tienen que trasladarse primero a Ávila y luego a Málaga, no obstante nunca dejan el contacto con el pueblo y
deciden fundar el Cine Troyano en 1941, como ya indicamos al principio, encargándose
de regentear el mismo, la Señorita Emilia LLanes, hermana y cuñada del
matrimonio.
Miguel Márquez y Emilia Llanes (1951) |
Emilia Llanes |
A lo largo de su
existencia, casi 30 años, además de proyecciones cinematográficas se realizaron
espectáculos de flamenco (se hizo un contrato con la empresa Casas, que llevó a
la Niña de Antequera, Juanito Valderrama, etc) y festivales, circos, obras de
teatro, actuaciones de magos como Juan García “Garday” (dentro del grupo de
Rafael Altamira), bailes con diversas orquestas (Los Hispanos, Crema, Los
Jupamadis, etc.) festivales de villancicos parroquiales, pregones de las
fiestas de la Virgen, y multitud de espectáculos debido a su buena situación y
capacidad.
Como encargados de
las máquinas de proyección estuvieron Don Alonso Vázquez Alonso (Alonso el
de Anacio y Pedro el de Eugenia y el padre de Pepe el de la Zarza (trabajó en la Caja de Ahorros), y en la portería y taquilla, Marina Sánchez Rivera y Emilio Naranjo Soltero
(el de la mercería Nati) y algunos de
sus hijos.
En un libro
registro de protección de menores se recogen datos relativos a las proyecciones
realizadas desde el mes de julio de 1965 al mes de abril de 1974, y del mismo
he sacado algunas conclusiones curiosas:
- La media de
proyecciones mensuales era de 5 películas, salvo en los meses de julio (feria)
y diciembre (navidad) que se elevaba a 10.
- Los precios de
las localidades eran al principio de 6 pesetas para adultos y 3 pesetas para
niños. Luego, a partir de 1966, se subieron a 10 y 5 pesetas. En 1967, serían
12 y 5 pesetas. En 1972, alcanzarían las 15 y 7 pesetas respectivamente, siendo
éstos precios los que fueron de mayor cuantía.
- Algunos meses había que repetir proyecciones debido a la popularidad de las mismas: Así ocurrió con "El Cardenal", "El padrecito" (Cantinflas), "Tres hombres buenos", "el Supersabio" (Cantinflas), "Miguelín", "Mi canción es para ti" (Manolo Escobar), "El rapto de las Sabinas", "Cuando tú no estás" (Raphael), "Ésta ciudad no es para mí", "Digan lo que digan" (Raphael), "Teniente Robinson", "Un beso en el puerto", "El señor de la guerra", "Destino Estambul 78", "El bueno, el feo y el malo" ......etc.
- La
película que menos audiencia tuvo fue la proyectada el día 12 de octubre de
1965 y se trató de "Los
inocentes", contando con una asistencia de 45 adultos.
- Las películas
que contaron con mayor audiencia fueron:
Flechas
incendiarias 384
(1965)
El
terror de la frontera
493 (1966)
Vuelve
el norteño 689
(1966)
Raza
de violencia 711
(1966)
alcanzado colas para sacar entradas que llegaban hasta
la calleja de la casa de Alfredo.
- Los años
de mayor afluencia de personas al cine fueron 1968 y 1969, con una media
mensual de 1600 espectadores adultos y 150 menores.
- Las recaudaciones mensuales eran muy variadas, pero a título orientativo diré que los ingresos podían alcanzar una media de 14.000 pesetas, cantidad que fue decreciendo a lo largo de los años.
Como relataba nuestro
amigo Don Manuel Sánchez Pérez en su artículo "Réquiem por el Cine
Troyano", "el cine tuvo, como
los buenos toreros, muchas tardes de gloria, y en sus muros están grabados los
aplausos y los vivas de los grandes espectáculos".
El bar que se encontraba
en el interior del cine, entrando a la derecha, era el Bar Cartón, cuya
repostería estuvo a cargo de Salustiano primero y luego de José María Pozuelo Fernández.
Cuando se entraba en el
cine, a la izquierda quedaban las taquillas y luego la escalera de acceso al
"gallinero", zona de pocos asientos y unidad a la sala de
proyecciones.
A la muerte
de Emilia Llanes, en 1964 y coincidiendo con la jubilación de Don Alberto
Stutz, el matrimonio se traslada definitivamente a vivir a Calañas y vuelven a llevar
las riendas del cine hasta su cierre definitivo en abril de 1974, año en
que se produce también el fallecimiento de Don Alberto en Huelva, siendo
enterrado en Calañas. En 1977, Doña Juana Llanes, fallece en Suiza y sus restos
están junto a su marido en el cementerio de Calañas donde quiso descansar para
siempre.
Hoy, el
edificio de nuestro cine de invierno, como antes se llamaba, está vivo, gracias
a la gestión de don Manuel Naranjo Arenas, pero por motivos diversos (técnicos,
falta de apoyo, exigencias empresariales, etc.) su sueño de ver con actividad
el cine, aunque con otro tipo de espectáculos, se ha visto truncada, sin
embargo las siguientes fotografías nos dan una idea de "lo que hemos
perdido" y "lo que hemos dejado de disfrutar los calañeses" si
ese deseo hubiera sido una realidad.
Finalmente quiero agradecer a la señora Elisabeth
Stutz su excelente disposición para que tanto el artículo publicado en el
digital de Calañas Doña
Juana, una calañesa llena de historia , como ésta breve historia tan unida
a la sociedad calañesa durante varios años, que me he permito rescatar del
olvido, hayan podido ser una realidad. Gracias Eli.
Agradecer también a Don Manuel Naranjo Arenas el haberme facilitado el acceso al Cine para la toma de las anteriores fotografías y a Juan José García Romero por haber tenido la idea de sacar a la luz la historia de la casa de la calle Cervantes que tuvo como consecuencia el recordar la historia del Cine.
CALAÑAS, 2016