Sin ánimos de ponernos tristes, cosa que casi siempre se consigue cuando añoramos algo o alguien, empezaré por relatar las opiniones que mi tocayo, Don Cristóbal Arenas Romero (qed) hacía en uno de sus artículos en la Revista de la Feria de Calañas sobre La añoranza:
"Es algo que tienes en cualquier momento y en tu soledad puede servirte de bálsamo temperamental a menos que te lo propongas”.
“ Es tan flexible que puedes dilatarla en el tiempo y volver a vivir una y mil veces los momentos más agradables ocurridos en tu vida”.
“ En la añoranza no hay fin, ni tiempo, salvo el que tú quieras darle”
Comparto tus conclusiones, querido tocayo. Después de éstas consideraciones, traeré a ésta entrada algunas cosas de Calañas que ya nos dejaron hace bastantes años y que muchos de nosotros, por nuestra edad, tuvimos la suerte de disfrutar o de convivir con ellas porque así tenía que suceder:
EL CINE PARROQUIAL
El año 1.956, el día 31 de enero, siendo Alcalde D. Rafael Naranjo Lossa, se funda en Calañas un Cine Parroquial que tenía como misión la proyección de películas de 16 mm., con el objeto de enriquecer la cultura de la juventud calañesa.
Actuaron como tesorero D. José María Noriega, como vocal D. Dionisio Ortiz Carrero y como secretario D. Diego Del Can Esquina.
Quien no recuerda aquellas películas del Gordo y el Flaco en el aula donde se encuentra ahora el Hogar del Pensionista, y D. José María Noriega al lado de la máquina de cine y un niño en la puerta con la tapa de la máquina para recoger los dos reales o la peseta que había que pagar para entrar.
Calañas, 2010
Calañas, 2010
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