miércoles, 4 de noviembre de 2020

Una mina en el centro del pueblo: SANTA MARINA


Aprovecho ésta ocasión para agraceder a los 

familiares de Don Manuel Sánchez Pérez 

(qed) la oportunidad que me brindaron de

ordenar sus archivos y la de tomar notas de

ellos e incluso tomar para mí los documentos

que tenía duplicados. Ésta tarea me ha 

ocupado varios meses dado la gran cantidad de

datos manuscritos, revistas, recortes de 

prensa, etc. que tenía en un baúl en su casa

de la Barriada Virgen de España. 

Poco a poco sacaré a la luz todo aquello que

considere y que fue su pasión a lo largo de

su vida. Gracias Manuel.

 

 LA MINA SANTA MARINA

Hace unas pocas fechas hice ésta entrada basándome en unos apuntes del archivo de Don Manuel Sánchez Pérez y otros datos de mis apuntes sobre registros mineros caducados. Hoy, diez días después, averiguo que en la Revista de Feria de Calañas de 1996, Don Sebastían Rodríguez Rodríguez, escribió un artículo con el mismo nombre que mi entrada (denominación casual por mi parte), del que por su amplitud y cantidad de datos relatados me parecen merecedores de sustituir en gran parte a los anteriores.


El inicio de la actividad minera del manganeso en la provincia de Huelva según Joaquín Gonzalo y Tarín, tuvo lugar en el año 1858, sobre dos minas del término municipal de Villanueva de los Castillejos, continuando después con otras explotaciones en el mismo término y en el de Puebla de Guzmán.

El primer registro minero de manganeso data del 28 de 

febrero de 1859, para la mina “La Virgen de Bella”, cuyo 

solicitante fue D. Modesto Sánchez. El último tuvo lugar el 4 

de julio de 1974 para la mina “San Cristóbal”, solicitado por D.

 Pedro Ponce Ponce.

En Calañas, la minería del manganeso se inicia también en el 

año 1859, con una solicitud de licencia al Ayuntamiento para 

calicatar (técnica de prospección empleada para facilitar el

 reconocimiento geotécnico y otros de un terreno) en una mina

 denunciada (abandonada) y situada en "La Peña del Moro"

 (se encuentra en la Vereda de Los Milanos).  

En el mes de abril del año 1873, se reciben en el 

Ayuntamiento de Calañas varias quejas de vecinos por los 

trabajos y laboreo de reconocimiento que estaban llevando a 

cabo Juan Manuel Llanes y Justo Garrido Moniz en la "Mina

 Puerto Rico" (mina registrada con el número 03000 y cuya

 explotación comenzó el 1/2/1873 y terminó el 17/1/1878). 

Ésta mina estaba enclavada según el registro en el centro del 

pueblo de Calañas, teniendo el punto de partida en el pozo de

 la calle de Juan Manuel Llanes, abarcando sobre todo la 

Iglesia y la Casa del Ayuntamiento y casi todo el pueblo. Los 

trabajos comienzan en el cortinal contiguo, tras el corral de la 

Escuela Pública y justo en la calle Cañada Chica, dirección a 

la casa de Alonso Vélez Estévez, por lo que hubo de 

atravesar la calleja de uso público, lo que provocó la protesta 

de los vecinos. El ayuntamiento acuerda en sesión celebrada 

el 12 de abril de ese año suspender los trabajos en dicha 

mina, así como el registro del terreno dando cuenta al 

Gobernador de la provincia, quien a los siete días ordena al 

Ayuntamiento no suspender los trabajos citados. El 

Ayuntamiento se mantiene firme y desafiando a la autoridad 

provincial decide unánimemente no dar cumplimiento a dicha 

orden, dado los perjuicios que ocasionaba a la población

, contestando al Gobernador en esos términos. En el mes de

 septiembre y ante una nueva Corporación, el Gobernador 

vuelve a reiterar se autoricen los trabajos en la mina Puerto

  Rico, pero el nuevo Ayuntamiento decide seguir con la 

paralización de la misma. En la Sesión celebrada el 22 de 

noviembre de 1873, el Concejal Síndico expone que según el

 Boletín 66, la demarcación debía llevarse a cabo por el

 ingeniero Don Joaquín Gonzalo Tarín en uno de los días 12 al

 19 de ese mes. Días más tarde la Corporación vuelve a 

dirigirse a Gobernación exponiendo que no podrá llevarse a

 cabo la explotación de la mina por los trastornos y 

perturbaciones que se originan al vecindario y pidiendo

 se declare nula la demarcación del Sr. Tarín. El 29 de 

diciembre de 1873 se emite por el Gobierno Provincial una 

orden desestimando la propuesta del Ayuntamiento. El 3 de 

enero de 1874, por unanimidad, la Corporación decide 

dirigirse al Ministro del ramo con una exposición detallada de 

todos los antecedentes relativos a la concesión minera. Aquí 

terminan las noticias relativas a éste caso en el siglo XIX.

En el mes de noviembre de 1936, con motivo de la alineación

 de la Calle Murillo (antes Puerto de Aspa), aparece un 

denuncio minero en pleno centro del pueblo y a pocos metros 

de la Iglesia (sabemos que nuestra Iglesia está construida 

sobre un promontorio de mineral con un afloramiento de 

manganeso y que parte de las piedras utilizadas en sus muros 

y torre salieron del desnivel del terreno). Con éstos datos, la 

Corporación Municipal acuerda por unanimidad facultar al Sr.

 Alcalde para que se pudiera obtener el título de propiedad 

minera . Se crea una Sociedad Gestora que represente al 

Ayuntamiento y en su nombre Don Alfonso Morales Rellán 

realiza la inscripción en el Consejo Regulador de Minerales 

con la Signatura 07933/019 Municipio Calañas con el nombre

 de Santa Marina Mineral Manganeso el día 4/12/1936 con

 número de expediente 12886, siendo Alcalde Don José Caro

 Santos. Ésta tomaba como punto de partida la esquina Este

 de la Iglesia Parroquial, se miden 25 metros en dirección 

Norte y se coloca la primera estaca. De ésta manera se 

miden 200 metros en dirección Este y se coloca la segunda 

estaca. De la misma forma, 100 metros en dirección Sur 

colocando la tercera estaca y de ésta en dirección Oeste se 

midieron 400 metros colocando la cuarta estaca y de ésta en

 dirección Norte se miden 200 metros llegando al punto de 

partida y cerrando el perímetro de las cuatro hectáreas 

solicitadas.

El 23 de marzo de 1937 llega a Calañas un ingeniero del 

Cuerpo Nacional de Minas acompañado de un ayudante para 

efectuar la demarcación del Registro minero Santa Marina,

 informando al Sr.Alcalde Don José Caro Santos de la 

improcedencia de efectuar labores mineras en dicho registro

 a menor distancia referente a calles y edificios que la que 

marca el Artº 5º de Reglamento de 16 de junio de 1909 para

 régimen de la minería, sin obtener el permiso del Gobernador.

 La Corporación solicita la autorización al Gobernador y 

nombra encargado de los trabajos al capataz facultativo de 

minas Don Luis Albelda a la que le contestan el 23 de abril de 

1937 por la Comisión de Industria, Comercio y Abastos, de la 

Junta del Estado Español, imponiendo unas condiciones 

especiales que resumidas serían que el concesionario debí

a respetar con sus labores un macizo protector a partir de la

 superficie, presentar un proyecto de labores y rellenar las 

partes excavadas en la forma que determinase la Jefatura. El 

Ayuntamiento ante el gran paro obrero que padecía el pueblo

 decide aceptar las condiciones especiales y ordena a su

 agente en Huelva Don Agustín Jiménez presentar en el 

Gobierno Civil el papel de pago al Estado para el título de 

propiedad del indicado registro minero.

 En el mes de julio de 1937, se realiza una visita a la mina 

para informar sobre el proyecto de construcción de un polvorín

 para cubrir las necesidades de la  misma. Se haría el 

polvorín, ya que en el mes de agosto del mismo año se recibe 

una visita al polvorín instalado para informar de su 

funcionamiento destinado a almacenar los explosivos 

necesarios.Pronto llegan los problemas para la mina: la 

escasa ley de los minerales, el coste de su producción, el bajo

 valor en la época, el coste del transporte hasta la estación de 

ferrocarril y sobre todo los perjuicios producidos a los 

propietarios de las fincas urbanas que obligaban al 

Ayuntamiento a indemnizarlos y el gran coste de los rellenos. 

Todo ello hace que la Corporación el 17 de junio de 1938 

solicite al técnico director de la mina que emita un informe 

técnico y económico dado el déficit existente, decidiendo que 

ese mismo mes cesen los trabajos de explotación basándose

 en las dificultades económicas por las que atravesaba el 

Ayuntamiento. El personal es colocado en la mina de La 

Torerera y en el mes de agosto se rellenan los huecos 

excavados.

A finales de 1941 y a instancias del Gobernador se ordena 

poner en funcionamiento de nuevo la mina Santa Marina para

 incrementar la producción nacional de manganeso, se vuelve

 a realizar un plan de labores por el facultativo Don Javier 

Forte Rico, natural de El Cerro de Andévalo. El 29 de enero 

de 1942 es examinado ese plan y es aprobado por el 

ingeniero de la Jefatura de Minas Don José Areba Solsona, 

autorizando la explotación de la mina en las mismas 

condiciones anteriores, para lo que se nombraría una 

Comisión que gestionaría los trabajos.

En el año 1942 se recibe otra visita para intentar la 

rehabilitación del polvorín (Datos del Ministerio de Industria.

 Actividades Mineras. Expedientes de polvorines).

La primera partida de mineral que salió de ésta explotación 

minera fueron 100 toneladas y fueron vendidas al Cónsul de 

Bélgica en Sevilla, Don Camilo Perreau.

La explotación de ésta mina duró hasta el año 1945 (acuerdo 

de Pleno de 14 de septiembre), aunque su propiedad se 

mantuvo hasta finales de 1954, llegando a tener un gran 

volumen de venta de mineral, sobre todo en la última etapa 

de su explotación, de 325.054 pesetas. 

En la sesión de Pleno del Ayuntamiento celebrada el 14 de septiembre de 1945 se anuncia la terminación definitiva de la explotación de la mina Santa Marina, practicando la liquidación general de las operaciones realizadas. 

 

Siempre se ha dicho que la mayor masa de mineral se 

encuentra ubicada debajo del Altar Mayor de la Iglesia.

Una vez había finalizado la explotación, quedaron al 

descubierto las bocas de mina, lugares  que, según 

narraciones de los que eran niños en la época y 

residentes en esa zona del pueblo, utilizaban para jugar y 

esconderse. Éstas bocas de minas estaban una delante del

local donde estaba ubicada la Papelería La Golondrina y la 

otra, que se comunicaba bajo tierra por un túnel, en la primera

 de las casas (Casa de la familia Vargas) que había antes de 

la remodelación de la Plaza.

 

Plano Plaza de Coronada Años 50 (realizado por Javier Casto Romero)

Bocas de la mina Santa Marina y el túnel


Boca de mina

 

CALAÑAS, 2020


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Poned vuestro nombre, por favor,para que sepa yo quien hace el comentario. Gracias